El diario El País publica hoy un artículo sobre los nuevos retos a los que se enfrenta el profesorado.
Me ha llamado especialmente la atención la opinión del sociólogo de la Universidad de Salamanca Fernando Gil: "Los profesores se enfrentan a los alumnos, especialmente a los adolescentes, más desorientados de la hsitoria. Sin el apoyo de las creencias religiosas e ideológicas, flotan a la deriva del consumismo y de la Red. Tiene los padres más permisivos de la historia, con problemas para ejercer la autoridad, lo cual se observa cuando hay tensiones en el centro, porque se posicionan más del lado del hijo-alumno que del lado del profesor".
La percepción de los profesores españoles sobre el ambiente escolar es la peor de las recogidas en el informe Talis de la OCDE, que ha encuestado 90.000 profesores de 23 países.
En la búsqueda de soluciones hay diferentes posturas. Algunos docentes se decantan por una vuelta a la escuela de corte más autoritario, aunque esto no quiere decir "andar con el cinturon", en palabras de D. Ricardo Moreno, docente y autor del Panfleto Antipedagógico.
Otros profesores opinan que hay que adaptar los contenidos y las formas de enseñanza a las nuevas generaciones.
Andreas Scheicher, director del informe Pisa de la OCDE piensa que hay un gran alejamiento entre lo que se enseña en la escuela: "Los jóvenes dominan las tecnologías y los contenidos de la comunicación pero cuando llegan a la escuela lo primero que les dicen es que apaguen ese botón.Cuando se inventó la escuela pública todo lo que pasaba allí tenía sentid. A los jóvenes les ofrecían en la escuela conocimientos y destrezas que les iban a durar toda la vida".
Pero ya no es así. Muchos profesores están desorientados, al igual que los padres. Tendríamos que plantearnos un diálogo para ver qué está fallando y por qué los alumnos perciben que muchas de las enseñanzas que reciben no son útiles.
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